viernes, 25 de enero de 2013

Jara y el lobo


Jara es una perrita que está muy triste en casa, pues ya no es una cachorrita y sus dueños no le hacen caso. Para el colmo ha llegado a casa un miembro más, y todos los cuidados que antes le daban a ella se los dan al nuevo bebé.

Ante aquel panorama Jara decide huir de casa y tratar de ser una perrita libre.
Cuando llega al bosque se encuentra con un gran lobo, negro como la noche, que la mira sorprendido.


Lobo. Pero bueno, ¿qué hace una perrita tan delicada por aquí sola? (Relucen sus colmillos bañados por la sangre de su última cacería)

Jara. (Levanta las orejas y se pone en posición de defensa). Solo trato de ser libre. ¡Y no soy delicada!

Lobo. Tranquila no tengo intención de hacerte daño, acabo de comer. ¿Te has escapado de casa? (Sus ojos amarillos se clavan en Jara).

Jara. (Cambia su posición, se tranquiliza un poco pero permanece alerta) Sí, bueno. Mis dueños ya no me quieren, se han olvidado de mí. Me gustaría ser como tú. Libre, sin tener que depender de nadie.

Lobo. (Le entra la risa y cae al suelo retorciéndose. Cuando se ha calmado vuelve a levantarse) No puedes estar hablando en serio. Tú que te lo dan todo, que no pasas frío en invierno, que no tienes que cazar ni protegerte de ningún enemigo.

Jara. (Ofendida) Tenemos otras cosas que hacer, como cuidar a nuestros dueños, proteger la casa, hacerles sonreír o jugar con ellos.

Lobo. Claro que sí, no seas tonta, el bosque no es el lugar apropiado para alguien como tú. A mí sí que me gustaría que me dieran todo hecho, como lo que te dan a ti. Pero no soportaría estar encerrado en una casa, sin poder aullar a la luna.

Jara. (Entristecida) Yo no sé aullar. Ni cazar.

Lobo. (Sonríe) ¿Ves? Este no es tu lugar, igual que tu casa no es mi lugar. Anda vuelve a casa y haz feliz a tu familia, cuida de ellos como hago yo de los míos, y no los abandones nunca. Ambos lugares tienen cosas buenas y malas ya lo sabes. Aprecia lo que tienes y lo que te ha tocado.

Jara. (Avergonzada, comienza a dar la vuelta para volver a casa)

Lobo. (Agachándose y agitando el rabo para jugar) ¡Espera¡ Aunque tengas que volver a casa podríamos jugar un rato y echarnos una carrera. Los perros sois mucho menos serios que mis hermanos. Me encantaría pasar un rato contigo.

Jara. (Se le ilumina la cara y sin más dilaciones se echa encima del lobo)

Juntos corren por el bosque, juegan y ríen. Pasado un rato, Jara decide que es hora de volver a casa.

Jara. Muchas gracias amigo lobo, creo que debería volver a casa, quizá me estén buscando.

Lobo. (Entristecido) Sí, es cierto. Corre y vuelve con tu familia.

Jara. (Intentando animar a su nuevo amigo) Sí, debo irme, aunque podríamos vernos por aquí de vez en cuando y jugar juntos, ¡qué te parece?

Lobo. (Sonriendo maravillado) ¡Claro! ¡Cuando quieras¡ Vivo por aquí cerca. Cada luna llena aullaré para que sepas donde estoy y puedas venir a jugar conmigo.

Jara. ¡Genial! Muchas gracias por todo. (Se da la vuelta y echa a correr)

Cuando Jara volvió a casa sus dueños estaban buscándola desesperadamente.
Se alegraron muchísimo al verla y le dijeron que no lo hiciera nunca más. 
La perrita no podía creérselo  el lobo tenía razón, no sabía lo que tenía. A partir de entonces trataría de valorarlo más que nunca.
Jara siguió quedando con el lobo todos los días de luna llena.

Todavía hoy, desde algunos lugares, podemos escuchar el aullido del  lobo llamándola.

FIN



1 comentario:

  1. Perfecto. (Es un perfecto para las tres creaciones aunque tú las hayas colgado por separado).

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