domingo, 12 de diciembre de 2010

PROFE, busque las DOS palabras CLAVE

Todos nos hemos preguntado alguna vez cuál es el por qué de que los alumnos se pasen más tiempo en clase tratando de que no se les cierren los ojos o se les abra la boca, que de atender.

Tiempo atrás un consejo de sabios decidió dar una lección a los niños, debido a que no paraban quietos y daban mucha guerra, y crearon las escuelas. Las llenaron de pupitres y sillas y los metieron a todos allí.
Además contrataron a un Domador Profesional de Murmullos, conocido actualmente como profesor.

Por un lado parecía una buena idea, puesto que los niños no molestarían y además aprenderían en clase.
Pero por otra parte, no creo que sea conveniente que las clases sean sinónimo de castigo ni que las hagan monótonas y aburridas. Eso provoca bostezos.

Estos sabios se dieron cuenta del error y volvieron a reunirse. Decidieron hacer de la escuela un sitio divertido. La colorearon, pusieron cuadros, pósters, dibujos, etc. Pero, aún así, los niños seguían bostezando.

En mi opinión es una buena iniciativa, ya que los niños deben aprender divirtiéndose, cosa que sólo se consigue mediante clases dinámicas y juegos, pero como comprobaron los sabios no es suficiente. Algo importante es, además, el papel que desempeña el profesor. Un profesor simpático pero imponente será querido y respetado.

El año pasado yo tenía un profesor al que agradezco y seguiré agradeciendo todo lo que hizo por mí y mis compañeros, porque hizo que aprendiéramos más en sus clases aquel año que en toda nuestra vida.
Él trataba de hacer las clases amenas buscando nuestro INTERÉS, haciendo que aprendiéramos, motivándonos. Relacionaba los contenidos de su asignatura con la vida diaria, con cosas que pudieran servirnos en un futuro no muy lejano. Éso es lo que nosotros andábamos buscando, UTILIDAD.
Y, por ello, sus clases eran nuestras favoritas y no sólo aprendíamos sino que nos divertíamos. En aquellas clases no se bostezaba, estabamos "ojipláticos" mirándole y escuchando.

El día de nuestra graduación este profesor se llevó más que una ovación, y, nos dejó algo más que buenos recuerdos.

Por eso yo quiero ser como él.
Porque, él, sí merece que le llamen PROFESOR.

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