domingo, 7 de noviembre de 2010

Por ellos

Durante mi vida he sido propensa a llevarme todo lo que me encontraba en la calle a casa. Desde caracoles, lagartijas, escarabajos, mariquitas.. hasta murciélagos, pájaros, ratones, culebras, gatos y demás bichos vivientes. Mi vida no tendría sentido sin ellos. Me encantan. Cada uno a su manera:

Esta cosita con cara de álien es Nelka, la encontró una amiga en la calle. La trajo al instituto el día de mi cumple. A veces tenemos que creer en el destino así que pensé que ese era un buen día para creer en él. Ella no podía quedársela porque ya tiene una gata.
Muy a mi pesar (totalmente irónico), me la lleve a casa. La tuvimos 6 meses y la llevamos a mi finca, en Cuenca. Tuvo varias camadas, pero a los 3 años se le ocurrió la genial idea de escaparse y le pillo un coche.













El verano siguiente mis padres tuvieron la maravillosa idea de ir a Miramar en Gandía, Valencia. Mi instinto de búsqueda y yo encontramos a un ser asqueroso para el 99,99% de la población (en mi opinión) pero la suerte quiso que yo fuera ese 0,01% al que le resultaba morboso este tipo de animales.
Os presento a Ska ( ¿No habéis visto El libro de la selva? )
Sé que os ha encantado, y sé que es maravillosa.
La tuve en casa un par de días porque como toda persona normal debe saber estos animales no son animales de compañía, son salvajes, por lo que necesitan vivir libres.
Yo la devolví al lugar de dónde nunca debió salir.



Más tarde llegó Cisco. Su nombre lo dice todo. He tenido 4 gatos en casa, este ha sido el único macho, y he de decir que ha sido el más guarro y puñetero con diferencia. Mientras las gatas han sido todas tan repipis, tan suyas, tan pijas. Él, era semejante a un puerco verrugoso fugado de África. Todo esto desde el cariño.

Era un diablo vestido de ángel.
Estuvo en casa muchísimo tiempo, y al final se lo llevó un amigo de mi padre a su pueblo. Las noticias que me llegaron de él son que consiguió lo que quería. Ser un gato libre, gordo y, por lo tanto, feliz.

Me costó sacarle adelante, pero me siento orgullosa de él. Ha hecho muy feliz a un par de abuelillos allí en el pueblo.



Todos y cada uno de ellos llevan su historia al hombro, la mayoría han sido alegres pero no siempre es así. Encontré también algunos en muy mal estado y que si no hubiera sido por la ayuda de Manolo, un veterinario ejemplar, no habrían sobrevivido.
Hay gente muy mala en el mundo, que hace cosas espantosas con los animales.

Otro pequeño superviviente es Sebastián.
Un niño andaba por ahí con él mareándole y el pobre estaba casi seco. Poco le quedaba.
Tuve suerte de verle a tiempo, puesto que el niño al ver que su "juguete" ya no "tenía pilas" decidió dejarlo tirado.


En mi presentación tuve un gran fallo. No os explique el nombre del blog y lo que es peor, me olvidé de una de mis alegrías en casa. Así que aprovecho esta nublada tarde de domingo en la que me encuentro tan sumamente inspirada para presentaros a mi pequeña, Milka.

La vi en un anuncio en el tuenti. Una amiga se la había encontrado y no podía quedársela. En el anuncio aparecía la primera foto que os he puesto. ¿No os parece preciosa?

Yo me enamoré de ella. Así que les deje un privado diciendo que me encantaría quedármela. A todo esto mis padres no sabían nada y después de todos los gatos que habían pasado por casa yo no estaba segura de que me dejaran quedármela. Pero estaba dispuesta a hacer lo que fuera.
Quedé con ellas y me la lleve a casa. Les dije a mis padres que me la había encontrado. No sonaba raro después de haber tenido a todos los demás.
Al principio querían que hiciera lo mismo que con los demás, criarla y regalarla. Pero yo me negaba.
Como ya soy mayor que cuando me encontré al primero, iba con algo más de ventaja.
Hicimos un trato. La gata era mía, para todo, tanto bueno como malo. Yo me ocuparía de ella.
Y se quedó!

Desde entonces siempre esta conmigo. Siempre me recibe con alegría, da igual la hora, el día o el momento.
Da igual si la pillo durmiendo, jugando o haciendo travesuras. Y, aunque a mis padres y a mi hermano les cueste admitirlo..
..sé que no sólo es la alegría de la casa para mí.

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